viernes, 30 de agosto de 2013

THE KING OF FIGHTERS

Enésima adaptación de un videojuego a imagen real, esta vez le toca el turno al famosísimo juego homónimo de peleas. Surgido de la unión de los también juegos ‘Fatal Fury’, ‘Art of Fighting’, Ikari Warriors y ‘Psycho Soldier’.

Originalmente lanzado por la compañía SNK para máquinas recreativas, siendo convertido para su propia consola (Neo Geo) unos meses después. El arrollador éxito de este juego llevo a su compañía a lanzar versiones anuales del juego, bautizándolos con el año en el que salían. El primero de la serie fue lanzado en 1994, teniendo el honor de ser el primer juego de lucha en el que se reunían una serie de luchadores provenientes de otros juegos.

Gordon Chan (‘El poder del talismán’) es el encargado de ponerse tras las cámaras en esta insufrible película que aburriría hasta a las ovejas.

Los culpables de perpetrar semejante despropósito son Chris Chow (‘Blood: El último vampiro’) y los noveles Rita Agustine y Matthew Ryan Fischer. Su labor debería estar penada con la cárcel, ya que el guion resultante es de lo más deplorable visto en años. 

Incluso le podían a ver puesto otro nombre y no hubiera pasado nada, ya que se toma tantas licencias con el videojuego que su parecido con el mismo es pura ficción. Lo único que respeta es el nombre de los personajes

.

El museo de Boston es víctima del robo de tres poderosas reliquias. El culpable de sustraer estos valiosos objetos responde al nombre Rugal Bernstein, cuya finalidad es despertar a una antigua y maléfica entidad que le otorgará poderes sobrenaturales.

Semejante basura está protagonizada por la guapísima Maggie Q (serie ‘Nikita’), Sean Faris (serie ‘Las reglas del juego’), Will Yun Lee (‘Desafio Total 2012’), David Leitch (‘Themechanic’), Françoise Yip (serie ‘Sanctuary’), Hiro Kanagawa (serie ‘El circulo secreto’) y Ray Park (‘Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma’) dando vida al villano. Todos ellos rozan lo ridículo, dejando claro sus nulas capacidades interpretativas.


Tras soportar sus soporíferos 93 minutos (me parecieron dos horas), es la primera vez que no encuentro ni un solo punto positivo a destacar dentro de tremenda estupidez fílmica. Ya que ni los diversos combates entre los personajes animan el producto.


Tras ver esta película (por llamarla de alguna forma) me surge una gran pregunta: ¿porque los guionistas no se limitan a trasladar la idea del juego tal cual a la pantalla, sin crear una línea argumental imaginaria y ridícula? No sería más fácil hacer algo tipo ‘Mortal Kombat’ (1995), un torneo de artes marciales y punto.


ADVERTENCIA: cualquier parecido con el juego es pura coincidencia, abstenerse de verla cualquier aficionado a los videjuegos, el enfado será descomunal.




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