Tras la excelente ‘Valkiria’
protagonizada por Tom Cruise en 2008, Bryan Singer vuelve a ponerse tras la
cámara para dirigir esta adaptación de famoso cuento infantil ‘Jack y las
habichuelas mágicas’. Algo muy de moda últimamente en Hollywood tras las libres
adaptaciones de Blancanieves (dos para ser exactos), Caperucita Roja y la
gamberra visión de Hansel y Gretel orquestada por el noruego Tommy Wirkola.
El libreto viene firmado por
nada menos que cinco guionistas (algo que nunca es buena señal), entre ellos
encontramos al prestigioso Christopher McQuarrie (ganador de un Oscar por
‘Sospechosos Habituales’). Supongo que metido en tan berenjenal por su amistad
con Synger.
Jack, es un fantasioso y
joven granjero que un día como pago por su caballo recibe de manos de un fraile
una misteriosa bolsa repleta de lo que parecen a primera vista judías normales.
Las aventuras comenzaran cuando debido un fortuito incidente una de estas
judías entre en contacto con el agua.
Al frente del reparto
encontramos a un soso Nicholas Hoult (‘Memorias de un zombi adolescente’),
Eleonor Tomlinson (‘El ilusionista’), a un Ewan McGregor (‘Lo imposible’)
pasándoselo pipa, Ian McShane (‘Piratas del Caribe. En mareas misteriosas’) y
Stanley Tucci (‘Capitan America: El primer vengador).
El diseño de producción y
los efectos especiales son impecables, se nota donde se han gastado su abultado
presupuesto (195 millones), pero no solo de esto puede vivir una película que
tenía como función romper las taquillas de medio mundo. Convirtiéndose en un
inmenso y carísimo juguete roto, el segundo en manos de Synger tras la fallida
‘Superman Retuns’.
Una película que no posee
alma, un espectáculo insulso sin emoción alguna durante los 114 minutos que
dura. En ningún momento hace acto de presencia ese espíritu aventurero digno de
toda aventura fantástica que se precie, aunque si os garantizo más de un
bostezo de aburrimiento.
Otra cosa que me sorprendió
negativamente fue el prologo, donde mediante una tosca animación (más propia de
un película filipina o turca) se nos cuenta el origen de las legumbres mágicas.
Destacar como uno de los
pocos puntos positivos a su favor esa innovadora imagen de los gigantes que nos
ofrece. Olvidémonos de esas bestias torpes y sin cerebro a la que nos tenía
acostumbrados el cine durante años. En esta ocasión nos muestran a unos seres
inteligentes y con capacidad organizativa.
En definitiva una buena película para cuando vuestros hijos se nieguen a
echarse la siesta al mediodía, tras 10 minutos caerán rendidos en brazos de
Morfeo. Una excelente película somnífero
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