martes, 2 de julio de 2013

ARROW

Tras la finalización el 13 de mayo de 2011 de ‘Smallville’, la pequeña pantalla y más concretamente su padre televisivo, la cadena norteamericana CW, se habían quedado huérfanos de un superhéroe que nos protegiera y nos entretuviera durante 45 minutos a la semana.  

Tras la buena acogida que tuvo el Oliver Queen interpretado por Justin Hartley en la antes mencionada serie sobre ‘el hombre de acero’, las cabezas pesantes de la cadena lo vieron claro. Era hora de independizarlo y darle una serie propia a este personaje creado por Mort Weisinger y Greg Papp.

Andrew Kreisberg (‘Almacén 13’ y ‘Fringe’), Greg Berlanti (‘Linterna Verde’) y Marc Guggenheim (‘FlashForward’) fueron los encargados de darle forma a este nuevo proyecto televisivo. Para ello tomaron como fuente de inspiración la miniserie de 6 volúmenes ‘Green  Arrow: Año Uno’ de Andy Diggle.



La serie resultante no tiene nada que ver con la blanda y edulcorada interpretada por Tom Welling. Esta tiene un tono más oscuro y violento que aquella, aquí nuestro héroe mata a los malos sin miramientos (en ‘Smallville’ solo se llevaban un coscorrón y la  reprimenda moralista del prota). Algo que sorprende y se agradece perteneciendo esta a una cadena pública.


Esta adaptación del personaje propiedad de la compañía DC guarda algunos puntos que lo diferencian de su homónimo de papel. Para empezar y algo que seguramente molestara a los más puristas es el motivo por el cual el protagonista se enfunda una capucha verde, convirtiéndolo así en un justiciero y no en un defensor de los más desfavorecidos como ocurre en los comics. Otra de las diferencias importantes con respecto a su versión impresa es la falta de superpoderes en los villanos, dotando al producto de un  gran realismo.

Al frente del reparto nos encontramos a Stephen Amell (‘Sin cita previa’) dando vida al multimillonario / héroe secundado por: Katie Cassidy (‘Gossip Girl’), Colin Donnell (‘Pan  Am’), David Ramsey (‘Blue Bloods’), Willa Holland (Gossip Girl’), John Barrowman (Torchwdood’), Paul Blackthorne (‘The river’) y Byron Mann (‘Street Fighter, la última batalla’). Siendo sinceros ninguno de ellos será nominado ni ganara un ‘Emmy’ por su labor interpretativa, pero cumplen con creces.



Los guionistas has sabido compaginar dos momentos temporales bien diferenciados e igual de importantes en la evolución de la trama principal.  La continua caza de nuestro justiciero encapuchado se verá adornada por numerosos flashbacks que nos irán descubriendo lo ocurrido durante su estancia en la isla. No os perdáis la bochornosa y ridícula peluca que luce el protagonista durante su estancia en la misma.


La serie siendo sinceros no es la octava maravilla del mundo pero tampoco pretende serlo, es consciente de sus limitaciones y el único fin que pretende es entretener. Algo que consigue con creces gracias en gran parte a sus numerosas escenas de acción y a sus guiones que nos van desgranando a cuenta gotas la trama criminal preparada por el villano de la función. 

Esperemos que la segunda temporada mantenga este buen nivel y podamos seguir disfrutando de ella durante muchos años.


Una autentica guilty pleasure.






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