Tras firmar en 2010 su peculiar versión del arquero más
conocido del bosque de Sherwood, con la entretenida ‘Robin Hood’,Ridley Scott se
vuelve a subir a una nave para mostramos que no estamos solos en el universo.
Para encontrar los orígenes
de este proyecto tenemos que remontarnos algunos años al pasado, cuando
numerosas preguntas relacionadas con el origen de ‘Alien’ invadían la cabeza de
Scott. Lo que nació en un principio como una precuela de la anterior saga,
acabo creciendo tanto que se independizo de su hermano mayor en cuestión de poco
tiempo.
Aunque parezca mentira el
primer elegido para ponerse tras las cámaras no fue el propio Scott, en 2009 se
hacía público que el director de este mastodóntico proyecto sería el casi
desconocido Carl Rinsch (’47 Ronin’).
Aunque su productora en un ataque de pánico (supongo que debido a las grandes
expectativas monetarias), decidió darle las riendas al director adecuado.
El guion original fue obra Jon Spaihts (‘La hora más oscura’), aunque algo no terminaba de convencer a su productora que contrataría a unos de los niños mimados de la pequeña pantalla, Damon Lindelof (‘Perdidos’). El cual haría una completa revisión del libreto inicial.
Una pareja de científicos
creen encontrar la pista definitiva del origen de la humanidad en las pinturas
rupestres de una cueva. Embarcándose desde ese momento en un viaje a los
confines más oscuros del universo para desvelar este gran enigma.
La película en ningún
momento aburre, se deja ver pero no le pidamos más. Ni por asomo se acerca a
esa maravilla del cine de ciencia ficción que nos regaló Scott allá por los
lejanos años 70. Carece del terror y tensión de esa saga galáctica, tiene
momentos que intentan ser terroríficos pero que no asustarían ni a un niño de 7
años.
Si se ha visto el tráiler ya
hemos visto todas las escenas de acción que pueblan la película (alguien
debería decirle a los montadores que jamás se deben mostrar todas los cartas en
un tráiler).
Excelente labor en la
dirección artística, donde se nos presentan unos fastuosos e increíbles
escenarios que apabullan por su grandiosidad (sirva de ejemplo la cabeza de
piedra). En algunos instantes nos recuerdan a los de la saga original (salidos
todos ellos de la mente surrealista del suizo HR Giger.)
Abstenerse los que vayan a
verla pensando que es un nuevo capítulo de ‘Alien’, porque saldrán defraudados.
Pensad que es otra saga completamente distinta.
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