El guionista y productor
Steven Moffat (‘Doctor Who’) y el
también guionista Mark Gatiss (‘Doctor Who’) llevaban tiempo planeado una
modernización de los famosos personajes creados por Sir Arthur Conan Doyle.
Numerosas fueron las charlas entre ambos durante rodaje y rodaje de las
aventuras del peculiar doctor, este interés por el detective de Baker Street se
debía en gran parte a que los dos eran fans acérrimos del personaje.
Ya con el guion entre manos
decidieron presentar la serie en sociedad, para ello eligieron la ‘60º Festival
Internacional de Televisión’ de Edimburgo en agosto de 2008. Su duración en
principio iba a ser de 60 minutos por episodio, la intención de la BBC era
producir una serie completa si el episodio piloto tenía buena recepción tanto crítica como de publico.
La cadena británica a pesar
de estar contenta con el resultado final, tras ver el episodio, decidió ponerse
en contacto con sus dos creadores para realizar algunos cambios.
Si metemos a estos
peculiares detectives en una batidora, los aderezámos con unas gotas de
smartphones, redes sociales y alguna que otra de ‘CSI’ nos da como resultado
esta nueva interpretación de este icono de la literatura universal.
Benedict Cumberbatch
(‘Caballo de batalla’) y Martin Freeman (‘El hobbit’) son los encargados de dar
vida a estos inmortales personajes. Una pareja que funciona a la perfección, gracias
a la gran interpretación de ambos actores. Se nota entre ellos una complicidad
pocas veces vista en la pequeña pantalla. El Holmes de Cumberbatch es a ratos
insoportable e irritara a más de un espectador, debido a esa falta de
sensibilidad y aires de superioridad que desprende el personaje.
Los guiones están cuidados
hasta el más mínimo detalle, se nota que han querido mimar el producto hasta el
final para no defraudar a los seguidores del personaje. Dando como resultado un
producto de gran calidad que enganchara a los fans de este concienzudo
detective.
Todos ellos (los 6 episodios) son adaptaciones libres de las algunas de las aventuras vividas por esta inseparable pareja en las páginas de los libros.
Sirvan de ejemplo ‘Estudio en escarlata’ (episodio piloto), ‘Escándalo en
Bohemia’ (primero de la segunda temporada) o ‘Los sabuesos de los Baskerville’
(segundo capítulo perteneciente también a dicha temporada).
Resaltar también el
innovador montaje, donde cada vez que Sherlock descubre una pista esta es
sobreimpresionada en pantalla para que el espectador comparta el
descubrimiento.
Solo he encontrado dos
puntos negativos en tan fenomenal producto televisivo:
- la reinterpretación del villano por antonomasia (Moriarty) de nuestro
querido detective. Donde parece que el actor Andrew Scott (‘John Adams’) se
atiborrado de tripis antes de dar vida a este carismático villano.
- la duración de cada episodio, 90 minutos,
algo excesivo para mi gusto dentro del panorama televisivo.
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