martes, 11 de junio de 2013

DESAFÍO TOTAL 2012

El productor, guionista y director norteamericano Len Wiseman (‘La jungla 4.0’) nos presenta una nueva versión del relato corto escrito por el novelista oriundo de Chicago, Philip K. Dick. Aunque siendo sinceros mantiene muy pocos puntos de unión con su hermano literario, ‘Podemos recordarlo por usted al por mayor’. Respetando solo el nombre del protagonista y el punto de partida de la historia.

Para revitalizar o mejor dicho modernizar esta historia y adaptarla a los gustos de un público más joven contrataron a los guionistas Kurt Wimmer (‘Equilibrium’) y Mark Bomback (‘Lobezno Inmortal’). Estos en la versión final del libreto se dejaron por el camino la presencia del planeta rojo, algo fundamental en su hermano literario y en la versión filmada por Paul Verhoeven en los 90 (todo un clásico de la ciencia ficción). 



También decidieron pasar casi de puntillas por la disyuntiva de que es real y que producto de la imaginación de nuestro protagonista, aquí lo realmente importante es hacer mucho ruido e impactar al público con sus numerosas y rocambolescas escenas de acción. El guion resultante a pesar de tener estos pequeños defectos en ningún momento aburre, posee un ritmo frenético de principio a fin donde no existe ni un segundo de respiro.

Douglas Quaid es un don nadie que tiene un vida rutinaria como trabajador en una cadena de montaje, un día comienza a tener unos sueños muy reales sobre sucesos que no recuerda haber vivido. Todo cobrara sentido cuando visite a un empresa que ofrece uno servicios muy peculiares.

Len Wiseman  vuelve a dejar claro, como ya nos había enseñado en sus anteriores trabajos, que actualmente muy pocos directores le hacen sombra a la hora de coreografiar vertiginosas escenas de acción y ofrecernos un producto totalmente disfrutable y sin más pretensiones que entretener. Todo un artesano del entretenimiento.


Tratándose de una superproducción me surge una duda, ¿el director de casting es de otro planeta? Porque todo el mundo sabe que si se quiere romper las taquillas de todo el globo, jamás y repito jamás se debe contratar a Colin Farell como protagonista (ojo, aquí esta correcto). Es nocivo para el resultado económico de cualquier proyecto, ya ni me acuerdo cuando fue la última vez que una película en la que es cabeza de cartel (protagonista no secundario) hizo más de 70 millones de dólares.

Aunque si algo llama poderosamente la atención en esta película es su diseño de producción. Espectacular y apabullante durante todo el metraje, donde nos presentan una urbe que recuerda muy mucho a la vista en ‘Blade Runner’. Donde predominan las pantallas luminosas, la lluvia y la aglomeración de gente en sus calles (algo totalmente agobiante). Aunque la joya de la corona es ese inmenso ascensor que une a través del núcleo terráqueo los dos terrenos únicamente habitables de nuestro planeta (La colonia y La Unión Federal Británica).

Se echa en falta una mayor presencia de ese líder terrorista interpretado por Bill Nighy, su paso por la película es más bien anecdótico. Algo totalmente contradictorio ya que se pasan todo el metraje haciéndonos creer que es la cabeza visible de la resistencia. Por cierto ¿quién escoge a los guardaespaldas de este?, hasta  mi primo de 8 años sería capaz de dejarlos en vergüenza. 


Los guionistas han querido adornar el metraje con algunos guiños a la cinta dirigida por Verhoeven, os reto a que los vayáis descubriendo vosotros mismos. Aqui os dejo una pista.



Los que vayáis buscando la mala leche, la ironía, los litros de sangre y la brutalidad del original mejor ni se os ocurra verla. Si por el contrario solo queréis disfrutar de dos horas de sano entretenimiento sin más pretensiones que pasar un buen rato os la recomiendo totalmente. Cine palomitero para disfrutar como un enano.



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