Tras el western crepuscular
rodado en 2007, también con Brad Pitt como protagonista, ‘El asesinato de Jesse
James por el cobarde Robert Ford’ el
neozelandés Andrew Dominik nos presenta su tercer largometraje.
Esta vez ha cambiado de
tercio, metiéndose de cabeza en el mundo del hampa y las partidas clandestinas
de póker, adaptando la novela homónima de George V. Higgins publicada en 1974.
Ha sido el propio Dominik en
solitario el encargado de adaptar a la gran pantalla el texto, situándolo
cronológicamente durante la campaña electoral estadounidense de 2008. Todo el
metraje esta sazonado por numerosos discursos de Obama (son los que más
abundan) o de su rival republicano John McCain. Algo que termina por saturar
y aburrir, ya que no hace falta que venga nadie a recodarnos lo mal
económicamente que lo estamos pasando.
Dos don nadies son
contratados por un capo de poca monta para robar el dinero recaudado en una
timba ilegal de póker. Todo va como la seda hasta que hace acto de presencia un
violento personaje.
En el reparto además del
antes citado Pitt también encontramos a: Scoot McNairy (‘Argo’), Ben Mendelsohn
(‘El caballero oscuro: La leyenda renace’), el recientemente fallecido James
Gandolfini (‘Los Soprano’), Richard Jenkins (‘Jack Reacher’), Ray Liotta
(serie 'Hannah Montana’) y Sam Shepard (‘El invitado’). Un reparto donde todos
y cada uno de ellos rayan un buen nivel. Destacando al personaje que da vida
McNairy, un ladrón de poca monta y sin muchas luces que termina por caer
simpático.
La banda sonora juega un
papel importante en toda la película,
con ella se subraya y remarca la violencia que inunda la película. Incluso en
algunos momentos es utilizada para describir a los personajes, como ocurre con
el interpretado por Brad Pitt. La primera vez que hace acto de presencia es
bajo los acordes de ‘The man comes around’ interpretada por Johnny Cash.
Dominik nos muestra un mundo
frío, desolador, sucio y violento donde nadie gana y las palizas y asesinatos
están a la orden del día. Un mundo que esta dominado por la mafia, ofreciéndonos una imagen totalmente renovada de la misma. Diferente a la que nos tienen
acostumbrados en el mundo del cine habitualmente (ignoro si en la novela es igual), aquí se asemeja al consejo de
cualquier gran empresa. Idea que por cierto me encanto.
Otro personaje fundamental
en el film es la violencia, algo que se muestra de manera directa y explicita
durante todo el metraje. Es de agradecer que en los tiempos tan políticamente
correctos que corren alguien se atreva a mostrarla de manera tan visceral. Véase
la escena de la brutal paliza propinada a Ray Liotta o la magistral y sangrienta coreografía de uno de los asesinatos.
En el film abundan los
diálogos, la mayoría intrascendentes y que lo único que hacen es ralentizar la
trama y terminar por aburrir al espectador. Han intentado copiar a Tarantino
pero el tiro les ha salido por la culata, dando lugar a escenas que no aportan
nada a la trama y totalmente prescindibles.
En definitiva una película
que se deja ver sin mas y que podía haberse convertido en una muy buena película pero sus numerosas e interminables escenas de dialogo la terminan por convertir en un producto soporífero y aburrido por momentos.
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