miércoles, 13 de julio de 2011

ALMAS CONDENADAS

Últimamente Wes Craven parece empeñado en borrar de un plumazo su ganada reputación como director de cine de terror. Algo que lleva haciendo desde hace ya algunos años con cada film que estrena, nada queda ya de aquel director que nos sorprendió hace décadas. Aunque parezca mentira suya es la creación de unos de los iconos más representativos del género, el terrorífico Freddy Krueger.
El 'absurdo' guión viene firmado por el propio Craven que a pesar de ofrecernos un prometedor prólogo pierde la brújula muy pronto, ofreciéndonos una bochornosa y sonrojante (por darle algún nombre) película. Donde no hace falta esforzarse mucho para averiguar la 'sorprendente' sorpresa final que nos tiene guardada. No podemos olvidarnos de esos diálogos tan absurdos que provocan vergüenza ajena.

Por la película desfilan una sucesión de jóvenes actores: Max Thieriot ('Chloe'), John Magaro ('The Box'), Denzel Whitaker ('Teniente Corrupto'), Zena Grey ('House'), Emily Meade (Boardwalk Empire') y Raúl Esparza ('Criando Malvas'). Todos ellos con la capacidad interpretativa de un ladrillo y que parecen sacados de cualquier burda serie de la 'MTV'.
Estamos en el pueblo de Riverton, Massachusetts, donde la existe la leyenda del Destripador, un asesino en serie con múltiples personalidades, que juro volver del mas allá para matar a los 7 niños que nacieron la noche de su muerte.
La película comienza como el típico 'slasher' con asesino despiadado e invencible, pero pasado este prometedor comienzo la cosa desvaría derivando hacia una burda y horrorosa comedia juvenil, más pendiente de los problemas de estos 'freaks' que del terror.

Wes Craven intenta engañarnos hacia mitad de la cinta con un rocambolesco e irrisorio giro argumental que pretende sembrar la duda. Algo que en ningún momento consigue, por lo ridículo de la escena.
La violencia tan brutal a la que nos tiene acostumbrado el señor Craven, aquí brilla por su ausencia. Solo mostrándonos algo de sangre en esos aburridos y faltos de imaginación asesinatos perpetrados por ese clon de Rob Zombie.
No podemos olvidarnos de alguna que otra escena que provoca más de una carcajada por lo ridículo de su planteamiento, sirva de ejemplo la paliza que le da Fang a su hermano por ser demasiado ingenuo.
Todo hace pensar que el tito Wes rodo esta pelicula como mera excusa para utilizar el ya famoso 3D y reventar las taquillas de medio mundo, gracias a dios el tiro le salio por la culata. Otra vez será señor Craven.
Lo mejor de esta tomadura de pelo perpetrada por Wes Craven son los títulos de crédito finales, no por su elaboración si no porque ponen fin a semejante basura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario