Por Ray
Tras una tercera temporada que dejó un sabor
agridulce debido a un bajón de ritmo en los últimos capítulos y rematado con un
final descafeinado (de los de “amago, pero no doy”), los fans esperaban con
ansia, curiosidad y temor esta cuarta temporada.
El nuevo cambio de showrunner (se fue Glenn
Mazzara y llegó Scott Gimple) abría un abanico de posibilidades que iban desde
la recuperación hasta el hundimiento más absoluto. Pues bien, sin ser una
maravilla el resultado hasta este descanso navideño se acerca más a la primera
posibilidad.
Para no entrar a saco con el Gobernador,
Gimple y su equipo optaron por dedicar los primeros capítulos ha presentarnos
nuevas situaciones y personajes.
A la prisión han llegado más supervivientes.
Entre ellos Bob, un médico del ejército con problemas de alcoholismo y las
pequeñas hermanas Samuels, Lizzie y Mika.
Rick ha dejado sus funciones de líder para
centrarse en cultivar la tierra y las decisiones las toma el Consejo (Hershel,
Glen, Carol, Sasha y Daryl). Mientras Michonne se dedica a deambular a caballo
por toda Georgia a la caza y captura del Gobernador.
El primer gran reto de la temporada será enfrentarse a una gripe muy virulenta
que se lleva por delante a varios supervivientes (de esos que el creador de
este blog gusta en llamar “de cartón piedra”) y provoca el caos en las celdas
al convertirles en caminantes. De los “protas” los más afectados serán Sasha y
Glen.
Esta trama viene aderezada con el hecho de
que hay un habitante de la prisión que se dedica a alimentar a los caminantes
de las verjas con ratas vivas. La situación se vuelve más tensa, cuando dos
personas enfermas y puestas en cuarentena aparecen quemadas en el patio, hecho
que altera considerablemente a Tyreese.
Mientras un grupo sale a buscar medicamentos,
Rick y otra persona (que ya le he confesado ser el autor del doble asesinato),
salen a buscar víveres. Al final de la expedición, Rick le dirá que no puede
volver a la prisión y le dará un coche más víveres y armas para que se busque
la vida. Como no quiero hacer spoiler, sólo os diré que este personaje exiliado
es de los importantes de la serie.
Una vez arreglado el problema de la gripe, no
sin momentos de tensión, en los capítulos 6 y 7 descansamos de la prisión y nos
centramos en el Gobernador.
Se nos presenta su historia desde la noche
después de su fracasado asalto a la prisión. Es abandonado por Martínez y
Shumpert y vaga por ahí haciendo una parada en Woodbury para prenderle fuego a
los restos de su imperio. En su vagar se encuentra con una familia que vive
recluida en su casa. Son cuatro personas: el moribundo padre de familia, sus
hijas Tara y Lilly, y Meghan, la hija de Lilly.
El Gobernador verá en Meghan una nueva Penny,
una razón por la que volver a sobrevivir y luchar. Tras la muerte del padre de
familia deciden salir a buscarse la vida y acabarán encontrándose con Martínez
y su nuevo campamento.
Poco a poco la imagen bondadosa del
Gobernador vista en el capítulo 6 se irá difuminando y volverá a ejercer de
líder (tras eliminar a la oposición) psicópata y obsesivo, vendiéndoles a su
nuevo grupo que los habitan la prisión son asesinos y ladrones.
El último capítulo empieza algo lento pero tiene una última media hora que va
constantemente “in crescendo”. El Gobernador se presenta en la prisión con su
ejército (tanque incluido) y con dos rehenes. Rick no accede a dejar la prisión
y propone convivir, el Gobernador se harta y ejecuta a uno de los rehenes
comenzando las hostilidades.
La batalla resulta bastante caótica (como
tiene que ser): hay combate personal entre Rick y el Gobernador, Lizzie y su
hermana tienen una puntería una que asusta, Carl y Tyreese también aportan lo
suyo, Michonne tendrá una aparición decisiva y Daryl nos enseña como utilizar
un caminante como escudo y como destruir un tanque tú solito; y al final, tal
como pasaba en el cómic, la prisión queda destruida y el grupo de la prisión,
aunque logra vencer la batalla se verán obligados a huir diseminados en varios
grupitos y cada uno por su lado. En el último plano vemos a los lejos la
prisión destruida, en llamas y siendo invadida por una horda de caminantes
atraídos por el tiroteo y que se van a alimentar de los heridos graves y de los
recién fallecidos.
Ha sido una primera mitad de temporada algo
irregular pero de buen nivel general. Han optado por acabar la mayoría de los
capítulos con cliffhanger, algo
efectivo a la hora de enganchar a la gente. La decisión de parar en seco “la
prisión” para dedicarle dos capítulos enteros a la evolución del Gobernador me
ha parecido interesante y acertado.
Ha generado algo de polémica el que cogieran
parte de la trama del cómic de “Rise of The Governor” para esos dos capítulos
porque aquello era una precuela pre-Woodbury. Teniendo en cuenta que en la
serie no importa nada la vida anterior del Gobernador me parece lógico que
hayan tomado parte de esa historia para aprovecharla en la serie.
Pero sin duda la mayor discusión entre fans
ha surgido por la decisión de ese personaje que no spoilearé de matar y quemar
a los dos enfermos en cuarentena. Algunos lo vieron lógico y necesario,
mientras que para otros era un asesinato cruel. Yo estoy más con esta última
posición porque, si bien entiendo las motivaciones del personaje al final se
reveló como un acto inútil porque la gripe siguió campando a sus anchas por la
prisión.
También me ha gustado la enésima evolución de
Rick. Empezó la temporada haciendo de granjero y poco a poco ha tenido que
volver a su rol natural de líder, para gozo de Hershel.
¿Qué
nos espera a partir de febrero?
Veremos como los miembros del grupo se las arreglan por separado y si se
vuelven a reunir, o cuántos de ellos sobrevivirán para reunirse, más bien.
Sabremos que tal le ha ido al personaje
exiliado ya que se ha confirmado que volverá a aparecer. También sabremos qué
es ese “Santuario” que escuchan fugazmente nombrar por radio los de la
expedición de los medicamentos.
Tenemos el cabo suelto del psicópata
alimentador de caminantes y diseccionador de conejos (ver el último capítulo).
Que la principal sospechosa sea la pequeña Lizzie le da un punto interesante y
cercano al cómic.
Y queda por aclarar si un personaje especial
ha fallecido, como todo hace pensar, o alguien se ha apiadado de él y le ha
rescatado.
Habrán flashbacks que nos servirán para
conocer mejor a algunos protagonistas (esa Michonne llorando al coger a Judith
en brazos tiene que tener algo detrás).
Lo que si está asegurado es que en los
próximos capítulos conoceremos a personajes nuevos. Unos surgidos de la obra de
Kirkman como Rosita Espinosa, el Sgt. Abraham Ford y el Dr. Eugene Porter; y
otros totalmente nuevos como un tal Gareth.
En resumen, esta primera tanda de capítulos
ha dejado un buen sabor de boca impulsado por el gran capítulo final dirigido
por el eficiente Ernest Dickerson (“El caballero del diablo”, “Juego de
supervivencia”) y deja suficientes temas abiertos para que los fans estemos
ansiosos de que llegue febrero.