Adaptación a la gran
pantalla del personaje más conocido del italiano Tiziano Sclavi, (historietista,
novelista, compositor de canciones, poeta y creador de concursos de televisión).
Aunque esta no es la primera adaptación fílmica de su obra literaria. En 1994
el también italiano Michele Soavi dirigió la adaptación de su novela ‘Dellamorte
Dellamore’, protagonizada por Rupert Everett.
Dicho personaje haría su
primera aparición allá por el lejano 1986 con su primera aventura en las páginas
de un comic. Su título ‘L'alba dei morti viventi’, editado por la editorial ‘Sergio Bonelli’. El éxito del personaje sobrepaso
fronteras siendo traducidas sus aventuras a multitud de idiomas, siendo publicado en nuestro país por la editorial ‘Aleta’.
Kevin Munroe, tras la
fallida versión digital de ‘Las tortugas Ninja’ (2007), es el encargado de
adaptar a celuloide las aventuras de este peculiar detective especializado en
temas paranormales.
Thomas Dean Donelly y Joshua
Oppenheimer (culpables de esa abominación que fue la nueva versión de ‘Conan’),
son los encargados de condensar en una película el universo tan particular de
este carismático personaje. Siendo sinceros el guión no es nada del otro mundo
pero consigue entretener y mantener la atención del espectador. Siempre y cuando este se sienta atraído por este mundo poblado de seres de ultratumba.
Dylan Dog es un detective especializado en resolver casos de temática paranormal, aunque lleva algunos años
retirado del negocio. Hasta que motivado por un tema personal decide investigar
una serie de misteriosos asesinatos, relacionados con un ancestral objeto.
Dando vida a este extraño
detective tenemos al inexpresivo Brandon Routh (‘Superman Returns’), cualidad
que le viene como anillo al dedo al personaje. Su compañera de aventuras está
interpretada por Anita Briem (‘Viaje al centro de la Tierra’). La parte cómica
o más bien cargante de la película recae en el insoportable Sam Huntington (‘Superman
Returns’). Por la cinta también se pasea un sobreactuado Peter Stormare (‘MS1:
Máxima seguridad’).
El hecho de no contar con un
presupuesto decente (tuvieron que conformarse con unos 20 millones), es prácticamente
el culpable de que todos los efectos se realicen sin apenas ayuda del
ordenador. Para ello el departamento de efectos especiales se vio obligado a
recurrir a prótesis y kilos de látex, dotando al producto de una cutrez solo
vista en la pequeña pantalla (sirva de ejemplo ‘Buffy’ o ‘Angel’).
Si logramos aceptar y
superar la cutrez de su resultado final descubriremos una simpática y
entretenida película, que gustara a los amantes del mundo paranormal. Con algún
que otro punto interesante y curioso (sirva de ejemplo ese taller de repuestos
de miembros para zombies).
Sea bienvenido el hermano pobre de ‘Constantine’.
Cutre y muy, muy mala. No quiero volverla a ver nunca, ni si quiera me pareció entrañable en su cutrez y con escasez de medios.
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