martes, 8 de octubre de 2013

RIDDICK

El forajido y asesino más buscado de toda la galaxia, el furiano Richard B. Riddick, vuelve a hacernos una visita tras algunos años de ausencia. Su última aventura data ya del lejano 2004 en “Las crónicas de Riddick”.

Supongo que motivado por el fracaso comercial de esta última (la más ambiciosa en cuanto a presupuesto y propuesta argumental de toda la saga), el director y guionista David Twohy y su estrella principal Vin Diesel decidieron guardar durante algún tiempo en un cajón las aventuras de este personaje.


Detrás de las cámaras volvemos a encontrar Twohy, creador y alma mater de la saga. Demostrando una vez más que cuando mejor se lo pasa es cuando tiene entre manos su propio juguete.

El guion como no puede ser de otra forma viene firmado por el mismo, dotando al producto de ese tono de serie b añejo (más propio de cualquier producción de los 80 o los 90). Más cercano a la línea de su modesta primera parte, “Pitch Black” (2001).

Riddick vuelve a ser abandonado a su suerte en un lejano planeta, donde en breve hará acto de presencia un grupo de mercenarios que ansían cobrar la recompensa puesta a su cabeza.


Prestando sus facciones a este salvaje y violento personaje volvemos a encontrar a Vin Diesel, secundado en esta nueva aventura por el español Jordi Molla (“Colombiana”), Matt Nable (“Asesinos de elite”), Katee Sackhoff (serie “Galáctica, estrella de combate”) y el luchador de catch Dave Bautista (“El hombre de los puños de hierro”). En estos productos lo único que se le pide a sus actores es que pongan pose lo mas chulesca posible y den la impresión de ser duros y en esta ocasión cumplen con creces.

La película consta claramente de tres partes bien diferenciadas y cada una perteneciente a un género cinematográfico completamente distinto (supervivencia, slasher y película con monstruos) y es la unión de estas la que da como resultado un producto completamente entretenido y violento

Se nota muchísimo que tras el batacazo anterior, sus responsables han querido realizar un producto más modesto y casi independiente. Algo que se hace evidente en sus modestos aunque correctos efectos digitales y en su unitario y solitario escenario (aprovechado al máximo por su director).

Destacar la brutal e increíble muerte del personaje al que da vida Jordi Molla, ni el mismísimo Messi lo hubiera hecho mejor. Os arrancara un sonado aplauso.

Los aficionados a esta peculiar saga cinematográfica (entre los que me encuentro) podemos respirar tranquilos ya que esta no será la última vez que veamos a Riddick en la gran pantalla. Ya que en palabras de su director y del propio Diesel: “hay temas que seguimos de las anteriores y continuaran en futuras películas”.


La película es un dignísimo producto de serie b que os mantendrá pegado a la butaca durante sus casi dos horas de metraje. En pocas palabras es: entretenida, salvaje, sangrienta y políticamente incorrecta. Hará las delicias de cualquier aficionado a la ciencia ficción de baratillo y cartón piedra.



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